abril 15, 2010

De Giselle para Danae


Me he decidido por revivir este blog. Necesito externar lo que pienso y lo que siento, codificarlo en palabras. La última entrada fue del 2007. Muchas cosas han cambiado desde ese entonces. Yo he cambiado.



Ahórrate las planeaciones y pon el plan mismo a correr. Deja que fluya la torrente creativa, que la inspiración te inunde de éxtasis y, claro, que la disciplina te murmure al oído, porque sin determinación constante jamás lo que fraguas se verá consumado.


Sé que aún están en mí, que se esconden porque temen que no las quiera, pues hace mucho que no me pongo a jugar con ellas. Adormilada, somnolienta y un poco acalorada me encuentro, señores, intercalando vistazos entre estos signos que van ganando significados y el ventanal que da a los pasillos de Residencias Femeninas (la jaula gigante aunada al Tecnológico de Monterrey), en donde vivo.
Vaya, que raro es. Que increíble es la mezcla que se ha producido, de luz ocre que baña todos los rincones de los edificios y vegetación circundantes, más la inspiración, más las ganas de ser yo, más ser yo misma en esencia y, además, el nombre "Tecnológico de Monterrey" unas cuantas líneas atrás. Desde que vivo aquí, he perdido el sentido de identidad, he sido un barquito con un agujero en su cubierta, que se hunde y al mismo tiempo navega entre clase y clase, entre tareas y enfermedades.
Creo que hoy ha llegado el susodicho día tan esperado, tan surreal e inexistente, el día de comenzar a ser YO y hacer inicio a mi labor de vivir una vida memorable.