abril 29, 2010

Esencia

abril 27, 2010

¿Qué habrá en el norte?


¿Qué habrá en el norte?
 Pareciese que existe un común acuerdo, ya que, a grandes rasgos, el norte siempre resulta una tierra más prometedora y fructífera.  América del Sur ve con ojos esperanzados al norte del continente, así en Europa y otros lados del mundo. ¿Qué hay? En nuestro continente,  hacia el norte, se encuentra Estados Unidos y el Norte de México es la parte más cercana al hegemónico país vecino. Pero, a pesar de ser colindante con la nación gringa desde 1848 -cuando se perdió la mitad del territorio nacional por el acuerdo Guadalupe Hidalgo y, como resultado, lo que antes se trataba de rumbos medios del país se convirtió en el Norte- se trataba de un territorio careciente comparado con el centro y sur del país. ¿Qué es, entonces, lo qué dio foco al surgimiento del Norte de la manera en la que se le conoce en la actualidad?
En tiempos remotos, el norte del país fue una vez territorio árido, carente de unidad cultural y considerado tierra de pueblos bárbaros por el resto de la civilización mesoamericana. Como ya se trató, hasta el siglo XIX continuó teniendo menos relevancia a nivel nacional, aunque ya se encontraba poblado y con una cultura híbrida que iba dando pistas de su exitencia. Fue hasta el tiempo del Porfiriato cuando se incendió la mecha de lo que llegaría a ser un territorio que abarcaría un pueblo de tradiciones mezcolanzadas, de pensamiento capitalista, independiente, inconformista  y nómada.

Haciendo un vistazo a la contemporaneidad

El periodo porfirista realmente significó estabilidad económica y progreso para el país, aunque se le haya satanizado en las clases de Historia de nivel básico (recordemos que la historia la escribe el quién la gana, es importante la búsqueda e investigación de diferentes fuentes para tener una referencia y cosmovisión más objetiva). Lo que si resulta totalmente verídico es que la diferencia de clases creció de enorme manera, dando como consecuente o bien, como causa, un país de gobierno oligárquico, donde sólo un pequeño porcentaje de la población era acreedora de los llamados beneficios del progreso. Estados Unidos, el vecino de arriba, pasaba por un boom capitalista y su economía era fructífera. Entonces, suertudos norteños, el Norte resultábase ser el vecino inmediato del fenómeno que ocurría en EEUU. Cabe mencionar que fue en esos años cuando Estados Unidos maduró y surgió de manera más evidente como hegemonía. El ser territorio fronterizo fue llamado de atención a nuevas inversiones por parte tanto de empresas extranjeras como de inversión nacional. Las famosas vías ferroviarias del Porfiriato agilizaban el transporte de materia prima, acortaban distancias y economizaban tiempo (algo vital en los valores capitalistas). Aunando la cualidad fronteriza con las redes ferroviarias, la explotación minera, la explotación petrolera, las inversiones extranjeras y  nacionales, el Norte se convirtió pronto en un imán de capital humano, a tal grado que individuos del centro y sur del país emigraban a esta zona, una donde la aspiración a algo mejor, lucha laboral y nomadismo eran lo valores comunes.

La nueva cultura
Por lo menos en el caso del Norte mexicano, el ser zona fronteriza no termina en la definición de “línea de separación entre dos o más estados”. Se refiere a la ruptura de dos espacios con todo y su historia, su cultura, su economía, su lengua, su política, su gente e ideologías. Lo que en un tiempo fue lugar de la misma nación, se encuentra ahora con un sinfín de discrepancias y contrastes aunque no son de la intensidad como lo serían si se le compara con otras zonas del país pues, bien, aunque se trate de estados diferentes en toda su expresión, los une su cualidad fronteriza y su tendencia a mimetizarse, de vivir de manera simbiótica con el otro con un flujo de tradiciones, materia económica y de trabajo.
Para entender a esta cultura híbrida se debe de analizar su contexto e inicios. Como se trataba en un tema anterior del presente ensayo, pronto al boom capitalista estadounidense existió otro boom migratorio, el surgimiento de una cultura híbrida inconformista, más liberal que su cultura hermana sureña. La gente del norte tuvo un papel crucial en la Revolución Mexicana, cuando Villa inicia en la zona enfrentamientos de guerrillas, asaltos en Ciudad Juárez, Saltillo, Zacatecas, Chihuahua y Torreón, la mítica División del Norte  que condujo al enfrentamiento social a la tensión que propició el implantamiento de un nuevo gobierno, que posteriormente tuvo liderazgo sonorense  (1920-26).

¿ Hacia dónde vamos?

Esta tierra desierta ha sido poblada, es motor industrial y de esperanza. En tiempos cercanos, vio nacer al narco  y aun así vive el día a día, lo cual está lejos de ser positivo pero habla del contexto y la forma en la que viven los pobladores de estas tierras, aunque estaríamos entrando en otro tema igual de complejo e interesante. El punto es: probablemente, en cuanto a industria y economía, el Norte sólo ha ido hacia delante. No así en cuanto a seguridad social. Pero ésta es tierra de luchones, de emprendedores y gente recia, antes mitificada como pueblo bárbaro por sus contemporáneos. Si bien la gente misma no va a lograr erradicar las negativas por arte de magia, sabrá vivir y adaptarse a lo venidero. Sería bueno que, en un futuro, regresara a ese espíritu revolucionario y tomara un papel en la lucha contra eso que los corroe porque, como nos lo ha enseñado la historia, la pura mano del gobierno no siempre basta.


Bibliografía:
“La frontera norte como representación y referente cultura en México”
“El Gran Norte de México, Una frontera imperial en la Nueva España”, Alfredo Jiménez; Ed Tébar, 2006
“A la Sombra de la Revolución Mexicana”, Héctor Agular Camín/Lorenzo Meyer; Ed. Cal y Arena, 2005

abril 26, 2010

Welcome to Tijuana!



Estoy a un día de regresar a mi ciudad, a la coqueta y vivida Tijuana. Si Tijuana fuera un ser humano, sería una puta. Una puta galante, que ha presenciado los estragos de la clandestinidad, así como de la presuntuosidad que implica compartir con un burgués gordo y millonario, Estados Unidos. La mujer de la vida que esconde bellos secretos, una ventana al mar y cicatrices de la violencia que su adjudicada "naturaleza" del oficio que ejerce le ha traído como consecuencia.
Tijuana es una víctima.
¿Cómo ha de ser natural algo que adoptó sin quererse, casi por necesidad, por algo que los malos tiempos que vivimos la han orillado a convertirse? Sus cicatrices son el recuerdo de aquello que debemos luchar por erradicar. Ni los narcos, ni los secuestradores, ni los corruptos, ni los asaltantes, nada, en fin.
Muchos llegan con una mentalidad de "estar de paso" y, por lo mismo, se ahorran el aprecio y el cuidado que deberían de darle si fueran residentes responsables. El problema se agrava cuando esta gente que venía de paso termina quedándose a vivir con esa mujer que creían que no volverían a ver en mucho tiempo y siguen con la puta mentalidad de "por mientras", llenándola de mugre, descuido y tristeza, contaminando cada rincón de su cuerpo y esencia. Nos contaminan a todos, a aquellos que somos ajenos a ese raciocinio enfermizo e ignorante, que crecieron en Tijuana, que vieron en ella un lugar fructuoso donde desarrollarse, que crearon historias y memorias entre sus calles, que guardan la esperanza de verla resurgir entre su desorganización, crímenes y asesinatos.
Fugaz pasado, conflictivo presente. Su porvenir sale de nuestras manos. Para los que nos consideramos tijuanenses, hijos de esta ciudad, entregarnos a su reformación y mantenimiento con el mismo cariño en que guardamos los recuerdos que nos regaló es lo mejor que podemos hacer y, todavía mejor, el compartir ese sentimiento; así, lograremos adentrarnos en la búsqueda de arrinconar a la gente que no comparte ese sentir, convertirla en minoría, erradicarla, ganarle a la indiferencia.
Tijuana me recuerdo a una mujer vivida que tras de su apariencia fuerte y recia, esconde tristeza, dolor, nostalgia y ansias esperanzadas de obtener una vida digna de la bella, pura y poderosa mujer que realmente desea y merece ser, que esconde por temor a verse cómo débil y vulnerable.
Mejor sonríe, mi bella Tijuana, aunque sea "por mientras", que los malos ratos se pasan más fácil con una sonrisa en la cara. Un futuro tan positivo como incierto nos espera.

"Welcome to Tijuana 
Tequila, sexo, marihuana
Welcome to Tijuana
Con el coyote no hay aduana".
                                           (Manu Chao)

Cosas Atemporales

Como ciega,
te escaneo con mis manos.  
La ansiedad por dejar de ser 
"Tú", "Yo";  
Querer ser uno sólo,  
Reventarnos los labios,  
Jalarnos los cabellos  
Y besarnos el cuello.  
Me observas, te quiero,  
Te absorbo,  
Detenemos el tiempo.

Las Meninas


“Las Meninas”, de Velázquez es una curiosa y sumamente analizada obra que marcó un paso entre el barroco y los movimientos posteriores dado, según muchos, sus tintes impresionistas por la suma luminosidad, áreas lúgubres en el mismo cuadro y la pincelada suelta. Cabe decir, en opinión personal, que a pesar de que puedan surgir sinfín de análisis de ésta obra, así como de muchas otras y de diferentes artes como la literatura o la música, considero que mientras no exista un registro del autor mismo sobre el significado oculto de su creación, debemos abstenernos a considerar nuestras conclusiones como interpretaciones personales y he ahí, por lo tanto, cuando se realmente se respeta la magia del artista, esa que es capaz de recrearse de diferentes maneras una y otra vez cuando el espectador se adentra en la obra según la cosmovisión que trae consigo. Dicho esto de paso, me limitaré a hacer una interpretación personal después de haber leído el exhaustivo análisis de Michel Foucault, “Las palabras y las cosas”, que considero un tanto redundante por señalar la obviedad en varias ocasiones. Considero que muchas veces esto enjaula la dichosa magia de Velázquez, pero de igual manera nos ayuda a comprenderle mejor. Pues, ¿qué hacerle?
En el Museo del Prado, tuve la fortuna de apreciar “Las Meninas” en su esplendor de manera directa. Alzándose entre otras obras de Velázquez de la sala, este cuadro grande e imponente resalta; no por nada es considerada una de las mejores obras del pintor. Para apreciarle mejor, se debe de observar a una distancia considerable. Es entonces cuando notamos que las figuras toman un tamaño natural, la perspectiva nos absorbe y el maravilloso juego de luces nos hacen adentrarnos en la obra. Inmediatamente, observamos a  Margarita de Austria, pues la luminosidad, su mirada de noble y el lugar que ocupa en la composición es estratégico: la cabeza de los 11 personajes forman una espiral áurea –de divina proporción- y la infanta está en el nacimiento de la espiral. Once personajes y un perro hacen de la composición un dinamismo fluyente, donde cada cuál tiene un papel y nos ayuda a imaginar suposiciones sobre que es lo que ocurre en el momento y, sin darnos cuenta, nos encontramos en la misma escena, formamos parte de ella. Cuando se ve en tamaño real, la obra tiene una fuerza poderosísima. En lo personal, me daba la impresión de que la Infanta, su corte, los reyes, los enanos, y José Nieto –al fondo-, vivían un día un tanto común, hasta que algo llamó su atención y pausó sus actividades. Miran curiosos a aquél que los observa. Velázquez se inclina para apreciar bien lo que fragua y encapsulará en el lienzo. Lo ve directo a los ojos. Usted, sin estar consciente del todo, se convierte en el protagonista de la escena. Es mejor que sonría, probablemente Velázquez le esté pintando en ese mismo momento.

abril 25, 2010

Memento Mori. Parte I

Entre risas y carcajadas, m mente se despojó del espacio físico en el que se encontraba: aquel restaurante que la gente frecuentaba para divertirse, desgarrarse a carcajadas y, cuando era temporada, ver la transmisión de fútbol por los televisores, gritando y tomando con actitudes cavernícolas aunadas a sus carcajadotas.
Me fui, pues, de ese espacio un tanto incómodo para mi voluble estado de ánimo y aterricé en la memoria de mi niñez, con mi padre en ella. Estábamos vacacionando y compartiendo asientos contiguos en el autobús. Por el ventanal ahumado por el vaporcillo naciente del contraste de climas entre el frío de afuera y el calor humano que existía dentro del camión, se apreciaba un clima frío, con vegetación baja y plantíos, con una gran montaña al fondo. Ésta última bien pudo haber sido un volcán, pero la mente recuerda lo que quiere en muchas ocasiones y, en ésta, quiso romper la realidad a través de una montaña mental. Lo que es cierto es que aquello era hermoso. Después de vivir sola fuera de la ciudad, me he dado cuenta de que el hogar lo forma la presencia de los familiares, la unidad y el afecto. Con ese sentimiento de comodidad que en aquel tiempo no pude definir, el hogar andante, abracé a mi padre y dejé escapar un "Te quiero", cosa que no se repitió jamás en mi existencia hasta el día de hoy y que sospecho no lo hará hasta que me encuentre llorando frente al cuerpo sin vida de mi padre, en su funeral, y sé que me arrepentiré de no haber externado lo que no he podido hacer porque, siendo fríos y realistas, mi padre aún no está muerto y mis sentimientos no se encuentran a flor de piel.
Mi mente está confundida sobre lo que después respondió mi padre.
Se dibuja una dicotomía de sus posibles reacciones. La primera: mi padre me abraza, sonríe y me dice "Yo también, bebé", tras darme un beso en la frente. La segunda: se incomoda por la excesiva muestra de afecto e intenta despistarme con un comentario estúpidamente evasivo. Por dicha confusión, limito mi satisfacción a el hecho de haberle dicho esas dos palabras y no a aquello que el respondió. Lo mejor es desligarse.

abril 15, 2010

Duda

Y probablemente te quiero
porque dudo de que tú me quieras;
me produce una ansiedad tremenda,
angustia que sólo me lleva a pensarte, buscarte, extrañarte,
adorar tenerte, acercarme a tu pecho
y escuchar a tu corazón decirme
"Sí, de verdad te quiero".

Lunes 22 de marzo de 2010

De Giselle para Danae


Me he decidido por revivir este blog. Necesito externar lo que pienso y lo que siento, codificarlo en palabras. La última entrada fue del 2007. Muchas cosas han cambiado desde ese entonces. Yo he cambiado.



Ahórrate las planeaciones y pon el plan mismo a correr. Deja que fluya la torrente creativa, que la inspiración te inunde de éxtasis y, claro, que la disciplina te murmure al oído, porque sin determinación constante jamás lo que fraguas se verá consumado.


Sé que aún están en mí, que se esconden porque temen que no las quiera, pues hace mucho que no me pongo a jugar con ellas. Adormilada, somnolienta y un poco acalorada me encuentro, señores, intercalando vistazos entre estos signos que van ganando significados y el ventanal que da a los pasillos de Residencias Femeninas (la jaula gigante aunada al Tecnológico de Monterrey), en donde vivo.
Vaya, que raro es. Que increíble es la mezcla que se ha producido, de luz ocre que baña todos los rincones de los edificios y vegetación circundantes, más la inspiración, más las ganas de ser yo, más ser yo misma en esencia y, además, el nombre "Tecnológico de Monterrey" unas cuantas líneas atrás. Desde que vivo aquí, he perdido el sentido de identidad, he sido un barquito con un agujero en su cubierta, que se hunde y al mismo tiempo navega entre clase y clase, entre tareas y enfermedades.
Creo que hoy ha llegado el susodicho día tan esperado, tan surreal e inexistente, el día de comenzar a ser YO y hacer inicio a mi labor de vivir una vida memorable.