marzo 04, 2007

Sueño Viviente

Un sueño terminal y bizarro...
Luz y Nada llenan,
asfixian el pasillo largo y candoroso
que atravieso con pasos torpes
e intentos fallidos de andares sigilosos.
El cielo lunar ya ha quedado atrás, así como los balcones solitarios, curiosos al "¿Qué será?".
Todo se congela en segundos,
se congela para no derretirse jamás.
Para guardarse en mi músculo más frío, que poco tiempo durará sin congelarse.
Para ser el refugio que son las memorias,
el consuelo para satisfacer sentimientos arcanos que me ahogan por sedientos.

¿Nada?

Ja...

Aquí no hay nada de nada.
Mi corazón, por más frío que sea,
llena cada rincón y pared del pasillo.
Gracias a ti, se ha convertido en un todo;
y la Nada, en cenizas regadas.
El pasillo amenaza por terminarse.
Será la salida
-¿o tal vez entrada?-
de un embrollo de emociones.
Ahora la luz me abraza,
enciende la chispa de una futura fogata.
Mientras el pasillo se extingue,
la luz me susurra "La Nada ya es nada:
Mira hacia atrás, memorias vivientes en una mirada"

No.

No apagues la Luz.

Ya no quiero despertar.